viernes, 1 de febrero de 2013
Ascenciòn de dos entre la Muerte
Me vì caminando al lado de los mìos. Yo habìa muerto.
Nos alejàbamos del camposanto, allì otra vida igual
a la mìa habìa quedado, con la evidencia total de que
tambièn habìa muerto. Esa era la ùnica semejanza entre
esa vida y la mìa. Ese era todo el absoluto.
Deslizaba palabras -como seguramente aquel enterrado-
Respondìa a un hermano, el otro me contaba sobre
un dìa desarrrollandose en las cumbres de una efigie.
Epistolares y crespusculares me decìa.
No terminè de entender su narraciòn.
Sè que fisicamente la oìa. Que espiritualmente
podìa llegar a su significado. O en todo caso
a uno de sus sentidos. Pero no lograba
alcanzar finalmente nada de ella.
Me vì caminando entre los mìos, uno solo vestìa
de negro, todos llevaban prendas de todos los colores.
Era idèntico al aniversario de algo. Una fiesta, una ocasiòn,
hasta una gitana circunstancia.
El sol con todos sus dirigibles parpadea ahora.
Eso me recuerda que todo esto que fùi se convertirà
desde ahora en memoria.
Y debo despedirme, de los mìos, de ellos, de sus diàlogos,
de las preguntas sin responder o aquellas.
Es la ùnica manera de volver a acompañar
a aquel que soy yo y està muerto.
Guillermo isaac paredes mattos
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