viernes, 21 de septiembre de 2012
Conciencia Material de la Muerte
Nunca sabrè si èste exhalo es equilibrio.
Los elementos de una mañana donde
la vida termina de llamarme.
No logro defenderme de cuanto pienso
y cuanto hago.
He dominado ello con la imperfecciòn
de las cosas absolutas.
Con el pànico del mito en un violìn.
En un vuelo sordo.
No tengo conciencia de mì en el silencio.
El silencio es una soledad disfrazada y no
existe soledad que tenga un proposito.
Aùn si èste fuera el de ofrecernos a un laberinto.
A la sangre donde se bate un sacrificio.
Al dolor arquetipo.
Y màs allà donde no empiezan las cosas.
Nunca he vivido tanto como cuando no hacìa
nada y miraba el vacìo de una silaba.
En tembloroso engaño de un verso.
Como hombre no sè a dònde ir en un poema,
mucho menos lo sabrè como poeta.
El poeta y la poesìa es otro tipo de angustia.
Otra formaciòn de dolor entre colores
de muerte. Entre sìmbolos de mausoleos.
Jamàs hesido màs extraño segùn la perdiciòn
de una silla donde me hallè frente al aura sin
un grito en mis manos. Pero mi espìritu confundìa
ese instante y el secreto rendìa sus naves
a tuertos inconmovibles. Allì pedì otra oraciòn
a la vida, otra sentencia capaz de inmolarse
como lo hace la naturaleza.
Sin que la muerte pueda alcanzarla.
Guillermo Isaac paredes Mattos
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