Ella lo entiende.
Con ciertos espejos dormidos a su lado.
De esa manera.
Para ambos ya no hay lenguajes ni la existencia
de los seres se debe al aliento.
Esta ligado a algo material en su caso.
En el mío a algo sórdido.
Así es como embiste la magia.
Pero tú vuelves.
Recoges los círculos que no calaron esferas
ni armas automáticas.
Tú sigues a los calamares en la fibra delgada
de la costa.
Y lo doy por cierto.
Como si en ellos algún principio tomara
mis sienes.
O esa sospecha de que es una liendre en mi cabeza
quien muto a un pájaro.
- el pensamiento no es capaz de esas cosas -
Yo lo entiendo claro estoy convicto.
Voy confeso por todas las alcantarillas del mundo.
Mi circunferencia es el producto de una médula.
Evitada por las cruces.
- eso sí -
Esas que forman las alas.
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