El Movimiento de la Metáfora
Para algunos el día empieza.
Para otros acaba.
Aquí a diferencia de ambos, amanece.
La flor que coloqué en la mesa por la noche derivó a otra consistencia así que debo decir que es sólida.
La escarcha gnostica.
El color del plasma es uno
arrancado al aluminio.
Por supuesto en sueños.
Durante un movimiento que pertenece
sólo a la metáfora.
Los ángeles son de madera y los
demonios de azúcar.
El pétalo dormido en los iris de un mago
se convirtió en horóscopo.
La saeta que trepaba una esquirla, tanteo dominical y ambidiestra una
silueta del universo.
Allí igual que otros seres supuso
allí más de una bóveda.
Los pliegues que contemple entre la luz
se transformaron en aves.
El carbón con forma de máscara
describió un racimo.
El recipiente donde moría el polen
oprimio una trayectoria.
Aún pertenecía a la metáfora.
Y las ruinas de la magia
- nada más las ruinas de la magia -
se apilaban con todas sus fuerzas en el fuego del lenguaje.
Intentando creer lo contrario.
Una y otra vez sosteniendolo.
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