Estàn los que daràn un paso.
Aquellos que no lo haràn.
Los que el tiempo cubrirà de mimesis.
De sonatas tanto como resplandores igual a
una muestra de hiedras.
Nos sorprenderemos ante las sombras
pues al tocarlas estarèmos conspirando dentro
de otra naturaleza.
Miraràs aquellos que llenan los suelos,
aciàgos tanto como ortopèdicos.
Percibiràs la muestra del birreme
incendiando su propio balbuceo
y esa experiencia
descendiendo del humero.
Escribiràs y no del equilibrio.
Leerè buscàndo patriarcas.
Conservarè la espectativa donde se aguardan
estrenos de gravedades y venas
seguirè a las ùltimas.
En el interior o fuera del hombre
son indomables.
Y basta lo indòmito para jamàs
detenerse.
Guillermo Isaac paredes mattos
viernes, 3 de febrero de 2012
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el desdichado
ResponderEliminarGérard de Nerval
Yo soy el Tenebroso, -el viudo-, el Sin Consuelo,
Principe de Aquitania de la Torre abolida:
Mi única estrella ha muerto, y mi laúd constelado
lleva en sí el negro sol de la Melancolía.
En la Tumba nocturna, Tú que me has consolado,
devuélveme el Pausílipo y el mar de Italia, aquella
flor que tanto gustaba a mi alma desolada,
y la parra do el Pámpano a la Rosa se alía.
¿Soy Amor o soy Febo?.. Soy Lusignan o ¿Byron?
Mi frente aún enrojece del beso de la Reina;
he soñado en la Gruta do nada la Sirena...
He, doble vencedor, traspuesto el Aqueronte:
Modulando unas veces en la lira de Orfeo
suspiros de la Santa y, otras, gritos del Hada.
me gusta Nerval, me cae bien , tenemos un punto de locura en comun, por eso me gusta , un beso cuidate
ResponderEliminarAsi es, desplazarse a travè de Nerval y su poètica, es algo desconcertante y descomunal...
ResponderEliminarAunque aquello de la locura...No sè...
Cuidate tambièn.
Guillermo.