martes, 14 de febrero de 2012

El Pubis de la Transparencia

Ella fue creada por un pubis y llenò
de efebos las constelaciones.

Dijo al agua que las naves donde enloquecemos
son ardientes como un dìa sumergido en la boca.

Un dìa que no puede hablar, que no respira
y se interna en el higado con un brillo de luz
arrancado a la aurora.


Ella era un efebo, un edipo de barro que bajaba
por el mar descubriendo una corriente.

Un hemisferio de lunas acariciando sus ruinas.

El trote de los astros cuando encienden la arena
desde las escolleras.

El vidrio del estuario.

El conocimiento antes de patir hacia el radio
y las frondas de un color transparente.


Ella era un retrato, un pedazo de àrbol
con trabajo de dios, una creaciòn que oye aùn
bajo el amanecer que la mañana nunca llega
al mediodìa porque no sostiene en su
cuerpo un nictalope.

Ni una habitaciòn, donde las galeras
descienden hacia una iniciaciòn
con la percepciòn
de una ciencia
bañada por el instinto
sobrecogida una y otra vez por el pànico.


Y por ello ella era un pubis
una criatura que aprendiò a vivir bajo el vientre
y que una noche sin ningun hemisferio
llego a la intuiciòn
con una zona ebria de hogueras en el alma,
con el ejemplo
de un vacìo transparente como el liquido
donde la armonìa
ya no quiere vivir.



Guillermo Isaac paredes Mattos

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