martes, 22 de enero de 2019

Dejo Poético






Creo en ese resplandor. Dormido en una
cresta.

En esa soledad especifica para que un navío
comprenda
que puede especular los nombres de sus
heridas entre nosotros.
Asi también accedemos a todos aquellos que 
pertenecen al océano.

En un sol de carne liricamente enchapado.
En sus contubernios.
Mientras las lineas de una duna se trasnforman
en pragmáticos voceos.

Cuando el desliz de una estrella es agrio y dulce
como una moneda.

En ese crepúsculo desfigurado por la noche.

-todo ello es una extraña crispación-

En las sortijas colocadas al lado de una nube.

En la experiencia del cetro y la buhardilla con
gnósticos parpados que contemplan el futuro.
Uno a base de bujías.

En la imagen con su inveterado trecho
donde otras hegemonías se baten. Son aquellas
con carbones plateados.

En los menguantes que salen en un anuncio
de arena.

-muy cerca se halla el dirigible de ceniza-

En las coyunturas donde el musgo besa una
entelequia.

En los primeros rostros después de un diluvio.

Un tanto extrañados ante una visión.

En la misma millones de dragones apuran su paso.














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