miércoles, 9 de mayo de 2012
Oceanos Croatas
La linea de entrada a un mundo que olvida
a los hombres para jamàs alejarlos.
La noche sofìstica de un compañero mutilado
en la arena de los hilos.
La aguja exacta del horizonte buscando su oraciòn.
La astrofisica muerta del oràculo.
Entre formas descoloridas como la llave
de una piedra, busquè algo que fuera màs individual
que la soledad cuando marca sus huellas
entre las adversidades y por proporciòn
recorre lo que lleva oceanos croatas,
lamparas de miedo como la nube.
La marcha del cipres, el sobrenombre juràsico
de èsta ilusiòn, esa estirpe cortando un palacio
para soñar superficies de cicatrices
el animal extraño del agua
cuando entre huesos
podemos creer en una idea
acercaàndose a la expresiòn.
A esa sensibilidad donde los dioses
nos dicen que irracionalmente cuando descubrimos
una vereda somos la lluvia.
Guillermo Paredes Mattos
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