miércoles, 23 de mayo de 2012
Los Meridianos de mi Intensidad
No entiendo de barcos ideales y no por ello inasibles.
No escribo ni arrastro una aurora de calìz sin belleza.
Creo que todo acaba en las puertas del hecho,
con limitaciones y dudas igual a una bandera.
Estoy hecho de pedazos, pero sobre todo de idolos
desenvainando un acero en la hora gamada de
la niebla y los acertijos de su penumbra.
Sin duda esto empala y conmueve.
Indudablemente esto compromete un cartòn.
Avanza entre los arcos sin tener que inmolarse.
Con la dialèctica de un cielo podrido o un fulgor
que al fermentarse, destruye sus lazos con la tierra.
Me distingo de nada por ecos imposibles
Por la etimologìa y algo de misericordia
incendiando los dìas en que pensar es la diferencia
entre lo pagàno por idolatrìa, un complemento quimèrico,
una farsa neuròtica de algun angel
deduciendo segùn el decimetro, la espera beduina
en los acechos de misteriosas palancas
juntando estrechos donde la intensidad nos oprime.
Y algo como eso que llevamos adentro no resiste.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
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