sábado, 2 de febrero de 2019
Las Doradas Escoltas
Silenciosa arena que has cruzado los médanos.
Que tomaste la edad del idilio de un florero de nieve
y escribiste desde la aurora a los dragones.
Que buscaste la oscuridad de una estrella para
encontrar las alas de una mariposa.
Cognición sujeta al humor de los ángeles y demonios.
Antigua colonia por donde la luz vuelve a colar una
de sus tesituras. Por la que colosos y rastros envuelven
hojarascas y bujías multitudinarias.
Poética de entrañas con una que otra araña en el pubis.
Entre tú y el hemisferio el devenir ha colocado
un sabio pájaro.
Reminiscente como la dorada escolta del purpura
en el secreto de la noche.
Ancestral en los paraísos que trae la axila de una
manzana húmeda.
Silenciosa arena llena de cebras que llevan lunas
en sus cuellos. Propicia eternidad de quien asciende
por un instante al limbo.
Constelación entre el ser y la existencia llamada alma.
Deja que roce este día uno de tus astros.
Pero que no sean mis pupilas quienes desgarren con
su mirada tu figura.
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