martes, 13 de marzo de 2018

Alegorìa Desde un Jiròn




A veces hay un jiròn.
En ocasiones un suburbio de leche tomado
de las raices cuando nos conmovemos y una silueta
arranca de su pecho una profecìa.

Toda profecìa siempre es arrancada de un pecho.
Es el ùnico lugar donde se oye y siente un latido.
Su nombre es corazòn.

No hay otro lugar.
No existe otro hemisferio.
Lo que hay son razones para escupir por las calles.
Para ser tisico.
Para alimentarnos de nuestros pulmones porque
hemos decidido dejar de creer en el oxigeno.
Y entonces inculcamos nuestra cotidianidad a los objetos.
Una por lo general miserable y amarilla.
Llena de piojos.

Lo que existe son estelas que no siempre deja un 
camino, pero son abandonadas por los oceanos
en nuestras habitaciones.

Lo descubrimos cuando despertamos.

Y sobrecogidos por esa realidad preguntàmos.

Còmo es que el mar llegò aquì.




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