jueves, 10 de junio de 2010

La Divisiòn Azul

La División Azul

En cada herida hay el recuerdo de una batalla
como en las tinieblas la evocación de una luz,
en los ojos la memoria de antiguas manada.

Yo suelo en mis bosques recoger sólo vòrtices
que aprendieron a llevar en sus cielos
la estela de su svastica quebrada por la orilla.

Y resucito en la lumbre de algas y esporas
en la celula que bebe su interior de oxigeno
sobre indescifrables rastros de eras amarillas.

De colores y de formas entre lo más profundo
porque no sólo en la superficie ofrece el brillo
su fruto de anilina pastando junto al aire.

Y presiento en equilibrios de ráfagas y cetros
junto a maquinaciones de hordas y auroras
en pesebres de angeles y luceros.

No importa el destino si no tiene la silueta
del idolo que extiende su corazón de llama
sobre cada horror del universo.

Y me detengo en posibles llamaradas de verso
aunque sepa la luna que soy un misterio
de estrellas y bardos rastreando su peso.

Todo es sòlo un rapto de niveos palpitares,
caldea un azur que es la representación
de una apariencia huyendo de los labios.

Ofreciendo la boca a los astros, irradiando
presas de venganza en la mentira. Quieto
meridiano que ha posado sólo pétalos.

He bebido ya la savia de tus venas
he arrancado tus paises de la aurora
ví en amaneceres tu desesperación de bruma.

Porque amor gira en los dedos igual que el espanto
y laberintos de seda son juicios de arduos
crespitares de caballos que inundan el barro.


La incente respuesta del planetario a la forma
el foraneo hemisferio de una divisiòn
ofreciendole la muerte a su azul.


Guillermo Isaac Paredes Mattos.

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